Protección: La pintura ayuda a proteger la superficie de la pared de los elementos del clima, como la lluvia, el sol, el viento y la nieve. También puede ayudar a prevenir la oxidación y el deterioro del material de la pared.

Apariencia: La pintura es una forma rápida y económica de mejorar la apariencia de un edificio. La elección de colores puede hacer que un edificio se destaque o se integre en su entorno.

Higiene: La pintura puede ayudar a prevenir la acumulación de polvo y la proliferación de hongos y bacterias, lo que mejora la higiene del edificio.

Valor: La pintura puede aumentar el valor de un edificio, ya que los compradores potenciales buscan edificios bien mantenidos y en buen estado.

Mantenimiento: La pintura puede ser una parte importante del mantenimiento del edificio, ya que puede ayudar a detectar problemas, como fisuras y daños, que de otra manera podrían pasar desapercibidos.